miércoles, 18 de mayo de 2011

Trabajo Practico n° 2

LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
El camino a la industrialización
Antecedentes:
Debemos construir a la historia de la industria en base al análisis de los procesos de proyecto, producción, venta y consumo.
Estos procesos entra en una nueva dimensión con la aparición de la imprenta ideada, por Johannes Gutenberg en Maguncia a mediados del siglo XV. La biblia de 42 líneas publicada en 1452 inicia una nueva era no solamente en la historia del libro y de la comunicación, sino también en la historia de los procesos de proyecto, producción, venta y consumo.
Mientras que el caligrafiado a mano era en la Baja Edad Media, un elaborado producto de encargo, realizado, en talleres civiles o monásticos, donde la división de trabajo se extendía a unos pocos oficios (calígrafos, dibujantes, iluminadores y encuadernadores) que terminaban por producir una única obra y exclusiva, que reafirmaba el prestigio de una cliente dispuesto a pagar cuantiosas sumas por tan laboriosos y artístico trabajo, el libro impreso seria radicalmente un producto diferente.
Gutenberg realizó una serie de perfeccionamientos técnicos que conducirían a la imprenta: resolvió definitivamente el problema del punzonado y fundición de tipos móviles, estudió la aleación más indicada para los mismos, perfeccionada fórmula de la tinta a base oleosa y aplicó el sistema de prensa mecánica.
La calidad del libro impreso no sólo superaba ampliamente el tosco procedimiento xilográfico, sino que además alcanzaba la perfección del más fino caligrafista o iluminador con la diferencia que podían producirse miles de copias idénticas de un mismo ejemplar. La aportación de Gutenberg iba más allá de lo puramente técnico, no llegó a ser consciente de la enorme trascendencia cultural y económica de su invento.
Durante la segunda mitad del siglo XV, la industria editorial experimentó un crecimiento exponencial, se extendió por toda Europa.
La revolución Industrial
Es difícil poner fechas exactas a un proceso tan complejo y gradual como fue la primera fase de la industrialización, pero se puede afirmar que entre 1750 y 1850, aprox. Europa Occidental y Estados Unidos realizaron la transición de una economía rural y una sociedad agraria a una economía industrial y una sociedad urbana.
Sabemos que durante la Edad Media, el mundo Islámico y el Imperio chino marchaban a la cabeza de la innovación tecnológica, pero eso no les sirvió para convertirse en las potencias económicas de la era moderna. En cambio los europeos, aunque menos innovadores, aprendieron a rentabilizar económicamente la importación de inventos chinos, tales como el estribo, el compás, el papel, la pólvora y la porcelana, o a utilizar en beneficio propio y de un modo mucho más racional los conocimientos científicos del mundo árabe en el ámbito de las matemáticas y las ciencias naturales. Al llegar siglo XVIII los países europeos ya eran más ricos que sus vecinos asiáticos o árabes y esta riqueza era el fruto de siglos de un lento y sostenido proceso de acumulación  de capital basado en la inversión, la apropiación de recursos, la mano de obra extraeuropea y el proceso tecnológico, así como en la capacidad de organización y financiación de sus sistemas de intercambio y distribución.
En comparación con los extensos imperios orientales de la antigüedad, la iniciativa privada tuvo en occidente una vitalidad social y política sin precedentes, contribuyó poderosamente a la expansión del comercio, a la desintegración de la economía medieval y a la creación de de potentes ciudades-estado cuya economía no se basaba en la subsistencia sino en el comercio.
La sociedad europea tenía una concepción naturalista del mundo y, aunque no era ni mucho menos una sociedad laica y los conflictos religiosos fueron frecuentes, a diferencia de las sociedades orientales, en consecuencia, la explotación racional del medio natural no significaba un ultraje a Dios.
El mercantilismo, entendido como la fragmentación que asegura la competencia entre iguales, convirtió a Europa en una suma de Estados-Nación en competencia entre sí, lo que llegó a convertirse en un atractivo para el Estado. La ciencia redundaba en mejoras para la guerra, contribuía a la prosperidad general y reforzaba el poder.
Frente a otras civilizaciones que optaban por la ortodoxia y el inmovilismo, Landes sugiere que la curiosidad por adquirir bienes y conocimientos de otros mundos, así como la predisposición al cambio, fueron los valores que condujeron a los europeos a iniciar la Revolución Industrial:
       La voluntad de dominio, el enfoque racional de los problemas al que llamamos método científico, la competencia por la riqueza y el poder consiguieron eliminar la resistencia impuesta por las formas tradicionales de comportamiento e hicieron del cambio un valor positivo. Ni el orgullo, ni el honor, ni la autoridad, ni la credulidad pudieron resistir el embate de los nuevos valores (Landes, David,-Progresos Tecnológicos y Revolución Industrial-)
Los cambios socio-políticos también fueron decisivos para el desencadenamiento de la Revolución Industrial. Aunque durante el siglo XVIII muchas monarquías ilustradas apoyaron la idea de que el desarrollo de la industria era beneficioso para la sociedad, lo cierto que el auténtico agente de la Revolución Industrial fue la burguesía. Para poder concentrar capitales, producir, distribuir, vender y explotar libremente era necesario que la antigua organización gremial desapareciera, así como el sistema económico centralizado al que daba soporte el antiguo régimen, para esto la burguesía debía controlar los centros de poder político y económico y luchó para derrocar las monarquías absolutistas que los controlaban desde tiempo inmemorial. La Revolución Industrial fue más rápida en las ciudades libres y en aquellos países que contaban con una monarquía parlamentaria, como Gran Bretaña, o en los que se convirtieron en repúblicas.
Anterior al cambio sociopolítico, el factor religioso desempeño también un importante papel. Max Weber sugiere que la ética protestante fue esencial para el desarrollo del capitalismo moderno, ya que inculcaba los valores del ahorro, la honestidad, el amor por el trabajo y la productividad. No se trataba de una explicación puramente doctrinal, sino de los efectos que la doctrina tuvo en términos de comportamiento. Con el tiempo los medios para alcanzar la salvación se convirtieron en los fines y el mundo protestante hizo gala de una actitud mucho más racional y eficaz en el ámbito de la producción y los negocios católico-romano.
Otro punto de vista interesante fue el de Wrigley, quién sostiene que lo que desencadenó la Revolución Industrial fue un cambio energético. Mientras que en los siglos anteriores el aumento de la población tenía un umbral en el pasado el cual se entraba en una era de escasez sino, por el contrario, un aumento exponencial de la producción. Ello había sido posible porque a finales del siglo X IX  se había conseguido pasar de una economía vegetal a una economía mineral. Hasta entonces el único combustible disponible y que debía consumirse con mucho cuidado, pues la deforestación de un territorio determinaba a corto plazo la marcha de su población y la des-industrialización. Sin maderas no se podían calentar las viviendas, ni cocinar, ni los hornos de pan, ni los de cerámica, ni los de vidrio, ni las forjas. El combustible que sustituyó a la madera fue el carbón que a mediados del siglo XVIII se extraía en Gran Bretaña en importantes cantidades mediante la máquina atmosférica  de Newcomen.
El modelo Británico
Durante décadas este fue considerado el modelo emblemático a partir del cuál cabría analizar las subsiguientes revoluciones industriales que tuvieron lugar en todo el mundo a partir del siglo XVII.
El aumento de la población y a la revolución agraria que se llevo a cabo con el acercamiento de los campos y con la rotación de los cultivos, se unió un cambio de mentalidad en relación con los negocios y la actividad mercantil. La abolición del sistema gremial, implicaba el fin de una doctrina económica, apoyada por las monarquías, que había imperado durante siglos y que se basaba en el proteccionismo y en el intervencionismo del estado.  La doctrina economica del liberalismo, fue brillantemente formulada por el escocés Adam Smith, quien publico en Enquiry into the nature and causes of the Wealth of Nations. El libro se convirtió en el catecismo de las empresas y naciones progresistas. Smith libero la economía de la ética y formuló con mucha claridad la teoría según la cual, en un entorno competitivo, la búsqueda del beneficio individual produce resultados socialmente deseables.
Smith observa que una de las bases del crecimiento económico se encontraba en la división del trabajo mediante la cual unos pocos obreros altamente especializados en tareas sencillas y repetitivas podían acceder a cotas de producción inalcanzables mediante el trabajo no especializado.
La revolución industrial británica fue en gran parte estimulada por la demanda de mercados internacionales.


La revolución industrial en el continente europeo
La industrialización del continente de retrasó bastantes décadas respecto a la británica a causa de una serie de obstáculos naturales, culturales y políticos que requirieron de un cierto tiempo para subsanarse. La implantación del ferrocarril en el continente significó una mejora trascendental y sirvió para resolver las grandes distancias.
Mientras Gran Bretaña era un estado, el continente europeo se hallaba dividido en una infinidad de pequeños reinos, con molestas formalidades que oponían  toda clase de obstáculos a la circulación de mercancías. La reunión de aduanas alemanas y los múltiples acuerdos europeos para la liberación del comercio favorecieron enormemente el movimiento de materias primas y productos manufacturados dentro del continente, pero fueron medidas institucionales que se abrieron camino lentamente. A finales del siglo XVII los gremios medievales ya habían desaparecido de Gran Bretaña.
Para la revolución industrial se imponía un cambio socio-político, que fue llegando a través de las sucesivas revoluciones burguesas que tuvieron lugar en el continente a partir de la revolución Francesa (1789). Su finalidad era desmantelar el antiguo régimen  y establecer un marco jurídico que favoreciera los intereses económicos y comerciales de la burguesía. Pero a principios del siglo XIX el continente se vio envuelto en un largo periodo de inestabilidad política, en un estado general de inseguridad que significó cuantiosas pérdidas de capital y de recursos humanos. Las guerras napoleónicas no hicieron más que agravar la situación. A partir de 1825 se empezó a importar legal o ilegalmente abundante tecnología de la isla en forma de maquinaria o de mano de obra experta y se intensificó el espionaje industrial hasta limites rocambolescos.
Hasta mediados del siglo XIX no se alcanzaron en el continente, los niveles de producción británicos. De todos modos el saldo de este retraso no era negativo pues se habían realizado importantes innovaciones respecto al modelo original: 1) las Sociedades Anónimas Bancarias de Inversión que permitían movilizar recursos de capital mucho mayores que los bancos comerciales o privados; 2) el desarrollo de una tecnología preferentemente orientada al ahorro de energía; 3) el ferrocarril terminó por convertirse en el estímulo más importante para el crecimiento industrial, creó una gran demanda de hierro y materiales para su fabricación y promovió la innovación. Hacia 1870 el mapa de Europa coincidía bastante con el que hoy conocemos y si bien Gran Bretaña estaba más madura económicamente, su liderazgo se había extinguido





2) Explicar brevemente a que se llama segunda revolución industrial y nombra al menos dos elementos tecnológicos que le dieron origen.
La Segunda Revolución Industrial fue un proceso de innovaciones tecnológicas, científicas, sociales y económicas nunca antes vistas. Su comienzo suele fijarse en 1850, momento en el cual se empieza a observar el surgimiento de nuevas y mejoradas técnicas de producción, y una nueva clase de industrias, como la industria química, eléctrica o la automovilística.
Esta nueva revolución industrial, fue muy distinta a la Primera, pues al contrario que lo sucedido en la Primera Revolución Industrial en donde solo un único país, Gran Bretaña, había logrado industrializarse en profundidad, en este periodo, la revolución se da en muchos más lugares, destacando, Europa Occidental, Estados Unidos y Japón.
El final de esta revolución suele fijarse en 1914, año en que da comienzo la Primera Guerra Mundial;  aunque esta fecha es la más aceptada y empleada, no es totalmente correcta en el caso de los países no europeos, pues no fue hasta 1917, cuando países como Estados Unidos o Japón, participaron activamente en la guerra.
Elementos que dieron origen a la segunda revolución industrial entre otros:
-Motor de combustión interna.
-El automóvil.


3) Defina el origen de la tercer Revolución Industrial.
 La llamada tercera revolución industrial o revolución de la inteligencia (RCT) se origina al acabar la II Guerra Mundial y cobra fuerza a causa de la crisis que experimenta el capitalismo de la época.

4) Asociar una imagen representativa para cada una de las revoluciones.
Primera revolución industrial.

Segunda revolución industrial
Se caracteriza por el desarrollo de los medios de movilidad.
 El petróleo se utilizaba en la iluminación antes del desarrollo del motor de combustión interna, que junto a los neumáticos dieron lugar al automóvil. El querosén, como derivado, se utilizó para la aviación. Se crean a partir del petróleo elementos que permiten el desarrollo de la industria farmacéutica.
La energía eléctrica fue muy importante, pues evitaba que muchos tipos de industrias tuvieran que vincularse a las minas de carbón. La electricidad es una energía limpia, potente, de fácil transporte y se podía utilizar en muchos campos (iluminación, máquinas, comunicaciones, etc.). Permitió además una revolución en las comunicaciones, con el teléfono, el telégrafo y la radio. Se desarrollaron el cine y la fotografía
Tercera revolución industrial
Donde la comunicación, la informática y las energías renovables son motivos de evolución constante para los seres humanos.
La industria redujo su participación en el conjunto de la economía y la crisis coincidió con el llamado Estado del Bienestar que conllevó a una mayor presión fiscal, se redujeron los gastos sociales, etc. Las empresas desarrollaron una clara estrategia de transnacionalización que logra alterar las anteriores relaciones internacionales, abriendo las fronteras desde el punto de vista económico. Se multiplicaron innovaciones, se redujeron el consumo de productos naturales y los nuevos sectores motrices son la microelectrónica, la biotecnología, la robótica, etc. Entonces, se redujeron el trabajo directo de fabricación y aumentaron el de gestión, con un control I+D, dando flexibilidad a la producción en diversas fases o empresas distintas gracias a las nuevas tecnologías, descentralizando así la productividad y aumentaron las PYMES.
Las áreas más representativas de ésta son la I+D (investigación y desarrollo) de la energía nuclear, las telecomunicaciones y el espacio y Universo así como las ciencias de la informática, la robótica y la biotecnología.